Celia se confiesa con el padre Restituto y dice que va a ser buena y quiere ser santa. Éste le regala un libro con vidas de niñas santas que entusiasma a Celia y le anima en su decisión, aunque hay un problema todas las niñas santas han sido raras y han tenido unos padres muy malos.
Entonces Celia se hace amiga de una niña muy rara, Elguibia, porque cree que ésta va a ser santa. Elguibia se aprovecha de Celia, hasta que Celia se niega a darle un rosario de coral que le regaló su madre, lo que provoca que Elguibia por la noche le dé una paliza, que la madre Bibiana interrumpe, castigando a Elguibia y le dice a Celia que es rara y extraordinaria. Celia está muy contenta, porque al ser rara puede ser santa y le cuenta a su padre su decisión cuando la visita.
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Capítulo XIII:DON RESTITUTO
Celia ha decidido ser buena y obedecer a las madres en todo. Ahora ni siquiera se enfada cuando suenan las campanadas para ir a la capilla, después del recreo. Suele meditar profundamente y se queda un ratito más en la capilla, también se confiesa todos los días con el padre Restituto. Un día después de la meditación descubre lo que cree que es un secreto del señor cura, de la impresión que le produce no puede ni dormir y por la mañana se lo cuenta todo a la madre superiora.
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Capítulo XIV:¡AL MARTIRIO!
Celia ha estado haciendo ejercicios espirituales y escuchando al padre Valverde durante toda la semana. El padre Valverde es un fraile muy viejecito, Celia cree que ha viajado al cielo y al infierno por la forma en la que cuenta como son éstos.
Carmencita y Celia deciden ser santas, aunque se les presentan muchas dificultades, sus padres son buenos, no se les permite ayunar, ni dar cosas a los pobres. Por eso deciden construir en el jardín una capilla con ladrillos, tierra y tejas que había en un rincón, pero les regañan por jugar con los materiales.
Al no poder ser santas deciden ser mártires, para conseguirlo deciden escaparse e ir a que los moros les descabecen.
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